PERO LAS RUCAS SON MÁS CABRONAS

PERO LAS RUCAS SON MÁS CABRONAS Mecanismo de inversión con el que ha rebelarse la princesa Blanca Nieves sentido de negación de todo aquello que implica una afirmación o sea que la gallina debe pasearse como gallo en un gallinero porque es una mujer «liberada» que no le envidia nada al machomen el grito desaforado de la histeria como un cliché superestructuras emocionales que son discursos del «corazón» y en sus grados más extremos: simbiosis de la cursilería ingenuidad del reaccionario que se asusta creyendo que las mujeres pretenden sublevarse en contra de la mítica sociedad fálica rucas contestatarias / radicales y feroces guevaristas hembras que leen a Marx o a Bakunin pero son modocitas / obedientes y respetuosas del patriarcado usted no vaya a educar así a su hija férula doctrinaria en la estructura síquica del pensamiento zapeando la idea que el esperma es veneno contrapartida de esa otra fábula que equivale al anatema: «todas las mujeres son putas, menos mi mamá y mi hermana» los demonios de la erección / el rincón oscuro de la historia melodramas de pasión y fervor amoroso querendonas / halagadoras / dulces como la miel en flor Concilio de Trento y prebendas otorgadas por el dios de la virilidad batillos moralistas en busca de sabiduría acto de virtual concurrencia ante las páginas librescas una junta fascista / de sexo y poderío con una mano empuñada para dar el golpe y la otra puesta en la bragueta / confusos y culpables son de los que se levantan a medianoche para inspeccionar la ropa interior de su pareja con la idea fija de cazar el semen de otro güey en las prendas íntimas formas mentales por esencia perturbadoras influencias del macho / no todos los batos somos machines pero las rucas son más cabronas ¿qué talegudo aguanta una verga adentro? nueve meses cargando en la barriga un chilpayate fluidos de sangre escurriendo por el hachazo del Diablo fluidos de sangre cada mes que se descalabra el chango una puta gripa / un pinchi dolorcito de muela la antítesis —el pene es una excrecencia— del feminismo rascuacho en el convento o en el harén educación antisexual guías para padres y madres de familias disfuncionales cochinos libros / «código moral» de las galleras mexicanas imprecisión a fin de cuentas / para dar tinta que los signos sintácticos y semánticos no conllevan siempre a una afectación de la conducta o del temperamento políticamente correcto es que muchas rucas emitiendo opiniones feministas no asuman —por antonomasia o por ipso iure— su condición de hembras su «pesada sangre femenina» como decía D.H. Lawrence en Lady Chatterley's soportan sin chistar la afrenta y se dejan llevar por el paroxismo de las palabras cómodos subterfugios de frívola condescendencia y ciega admiración banal camaradería maleable como la plastilina soportan sin chistar la afrenta y se dejan llevar por el paroxismo de las palabras sumisión victoriana / gusanos en el anzuelo hay quienes se bajan los calzones a cambio de comprensión egocéntrica la inutilidad que reportan las lecciones de Margarite Dures / Hélena Cixous Sor Juana / Mary Wollstonecraft / Annie Ernaux / Nathalie Sarraute sentido de la decencia duplicidad ética y cinismo ideológico energías malgastadas para concluir que solo hay un ser en el mundo ¿qué son los derechos de la mujer? no respondan y cédanle la palabra al fantasma de Charlote Woodward una campesina de 19 años convertida en costurera que en 1920 ya peleaba por la reivindicación mujeril en Seneca Falls en ese entonces la Charlote dijo que los derechos de la mujer consistían en «una miserable pitanza que, aunque ganada por mí, ni siquiera es mía» la trampa vaginal se trastrueca en revolución sexual —¡Ah, qué tiempos aquellos! Bronte sí era rebelde Cleopatra sólo un receptáculo de líquido seminal •

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